Creo que este cántigo puede ser un buen propósito para comenzar después de estas suculentas vacaciones:
Quiero
mirarme
en
el espejo del corazón
y
reconocer, valorar y estimar
mi
buena voluntad,
mis
ganas de querer,
la
bondad que me habita,
la
generosidad que me mueve.
Quiero
vivir un tiempo presente,
un
tiempo por estrenar,
que
traiga sorpresa y novedad.
Un
tiempo real,
siempre
abierto a mí mismo
y
a los demás.
Quiero
vivir un tiempo
sin
recuerdos ni añoranzas,
dolor
y sufrimiento.
Quiero
vivir un tiempo
que
no posponga el ahora
a
un permanente después.
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